De no ser por mi intervención, seguro que habría corrido una suerte muy distinta con un tragico final, por lo que se puede decir que le salvé la vida.
Ante la sorpresa y el estupor de mis compañeros lo cogi con mis manos, lo introdujé en una caja, donde le dí agua y comida, estaba bastante estresado y cuando acabé el trabajo me lo llevé al Rio Dulce, un lugar idoneo para que pueda vivir con tranquilidad y en su habitat. Allí le dejo comida de gato que es lo que también suelen comer, de cuando en cuando y parece ser que se la come él o algun otro animal, pero por lo menos sé que estará por allí con tranqulidad.
Por esa razón comprendereis que cada ser en la vida necesita su lugar y espacio y nadie debe alterar su naturaleza.
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