martes, 28 de junio de 2011

Un buen día de verano...


Un buen dia de verano, sin saber como ni de que manera apareció por sorpresa un erizo; quizás algun desaprensivo lo colocó en un cestillo que allí siempre ha estado.
De no ser por mi intervención, seguro que habría corrido una suerte muy distinta con un tragico final, por lo que se puede decir que le salvé la vida.
Ante la sorpresa y el estupor de mis compañeros lo cogi con mis manos, lo introdujé en una caja, donde le dí agua y comida, estaba bastante estresado y cuando acabé el trabajo me lo llevé al Rio Dulce, un lugar idoneo para que pueda vivir con tranquilidad y en su habitat. Allí le dejo comida de gato que es lo que también suelen comer, de cuando en cuando y parece ser que se la come él o algun otro animal, pero por lo menos sé que estará por allí con tranqulidad.
Por esa razón comprendereis que cada ser en la vida necesita su lugar y espacio y nadie debe alterar su naturaleza.



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