EL TIEMPO QUE NOS VIENE.

El tiempo y la climatología, andan un poco descolocados, más bien cambiantes, con el resultado de un invierno casi primaveral con temperaturas inusuales y escasa precipitación y una primavera casi invernal. Sin duda desde la rev. industrial allá por el s.xIx, y el abuso de combustibles fósiles como el petroleo y el carbón. la temperatura de la tierra ha aumentado, y ello ha contribuido a est desajuste climático que padecemos. Sorprende ver las flores cubiertas de nieve o un tarabilla común, quizás sorprendida por la intempestiva nevada, o ese corzo que ramonea bajo una encina, mientras la nieve cae. Muchas de las aves estivales ya están aquí, como aviones comunes y golondrinas, águilas culebreras, abubillas, etc,etc sin duda se verán sorprendidas por estos cambios bruscos del clima y recordemos que la primavera es el época de cría de la mayoría de las especies. ¡¡PERO HASTA EL CUARENTA DE MAYO....NO TE QUITES EL SAYO.!!

TRADICIÓN Y SU RELACIÓN CON LA NATURALEZA.

Desde un punto indeterminado en la montaña, resuena el sonido de un cuerno, es la señal, el comienzo de una fiesta pagana que guarda relación con la simbiosis de los humanos con el medio que les rodea, luego vino la Iglesia Católica y desde entonces es carnaval;pero volvamos a la esencia de esta fiesta de origen pagano y que en tiempos pretéritos,cuando este país, no erá lo que es hoy, en tiempos de Franco estuvo prohibido. Después del sonido del cuerno,una hilera de criaturas, ataviadas con ropajes peculiares, calzan albarcas y polainas, en su cintura penden cencerros y esquilas del ganado y llevan mascaras grotescas, portan una cachava o garrota, con la que van golpeando en el suelo, al ritmo del son de los cencerros que portan. se les espera con expectación en las callejuelas del pueblo, las gentes del lugar y forasteros, muestran su regocijo, los danzantes o mejor dicho Las BOTARGAS, recorren el pueblo, luego van a buscar a las mascaritas, digamos que ellas representan la fecundidad, juntos recorren las calles una vez más, lanzan confetis y pelusas a los presentes, como símbolo de fecundidad. Este rito ancestral tiene muchas similitudes con carnavales que se celebran al Norte de la península, no en vano hay que recordar que muchas de estas tierras de Guadalajara, fueron repobladas por gentes del norte y los llamados foramontanos en la época de la Reconquista. Este rito está muy relacionado con el entorno que rodea la vida pastoril y las cosechas.