viernes, 18 de enero de 2019

PUEBLOS SIN ALMA.

Como recostada en una solana en una ladera de la Sierra, en ruinas y cubierta de olvido y maleza, con sus muros de piedras arrumbados y los muñones rotos de sus vigas, presa del abandono y en medio del silencio, quedan los últimos restos de lo que fue la aldea, antaño llena de vida, trabajo y penalidades pero viva, hoy sólo ruina, abandono y soledad, testigo de tiempos pasados difíciles, cargados de estrecheces y penalidades. Sus gentes fueron marchando en busca de una vida mejor a buscarse el sustento lejos de estas sierras, frías y austeras, quedaron los más viejos y los resignados. Los que se fueron no volvieron salvo en alguna que otra ocasión, los que pudieron. con el paso del tiempo, la tierra de estas sierras, fue acogiendo en sus entrañas, uno a uno a los que se fueron quedando, el silencio y la soledad, fueron envolviendo todo y dejaron de sonar esquilas y cencerros por las praderías y sus chimeneas dejaron de enviar señales, se fueron apagando una tras otra, según, se fueron quedando huérfanas de gente. todo es silencio, solamente roto por el murmullo del agua cantarina en la fuente de piedra verdinegra y el murmullo del Cierzo.