Estos jóvenes y famélicos, ejemplares de corzo (capreolus-capreolus), con el pelaje rojizo apagado,sin brillo, flacos y hambrientos a tenor por su aspecto, pasan sed y no encuentran los nutrientes necesarios, lo que complica su subsistencia, todo es consecuencia de la pertinaz sequía que nos asola, esa escasez de lluvias y el aumento de las temperaturas, provocado por la mano del hombre, no solo ponemos en aprieto sus vidas, también los ecosistemas en los que viven.
Todo esto además aumenta el riesgo de incendios, provocados la mayoría de ellos por irresponsabilidad y de manera interesada por algunos, en busca de intereses mezquinos, relacionados con el dinero y la consecución de fines personales.
Esperemos que pronto lleguen las lluvias, que sacien su sed y puedan mitigar el hambre.

El fin de este blog, no es otro que el de expresar y reunir inquietudes de todos aquellos que se recrean con la magia de un paisaje desde lo alto de una cumbre, mientras sienten la caricia del viento y de todos aquellos que se entregan con pasión a observar y estudiar la Naturaleza, con el fin de intercambiar conocimientos relacionados con el mundo que nos rodea y que debemos preservar para las generaciones venideras.
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